lunes, 25 de noviembre de 2019

An aisling dheireanach El ultimo sueño. Muerte transito y renacer


Resultado de imagen de otoño celta
¡Hola Lectores! Sé que vengo con muchísimo retraso, pero he necesitado un poco de tiempo para volver a escribir después de un periodo difícil. Pero bueno, vamos a lo que importa. Escribo esta entrada por que me la han pedido algunas personas importantes bajo maletín. Estamos en esa época en la que el aire es cada vez más frió, las hojas van cambiando de color y los tristes días de lluvia van dejando atrás como un bonito recuerdo las calurosas tardes del verano; la naturaleza se va aletargando y parece que todo muere poco a poco.

Esto a muchos les hace pensar que, al igual que la naturaleza, todo tiene un final, y que también a nosotros algún día nos llegará el momento de irnos a dormir por última vez. Me preguntó un amigo que cómo se veía esto en mi tradición y la verdad es que es algo complejo debido a que, como digo siempre, nunca hubo una cultura celta unificada. En mi caso yo practico reconstruccionismo Irlandés. Trataré de hablar desde ese punto de vista, aunque tampoco soy un experto, así que tratare de hacerlo lo mejor posible, teniendo en cuenta que no soy antropólogo ni nada por el estilo. Toma esto únicamente como una opinión basada en mi nivel de conocimiento actual.

Lo primero que debemos sabes es que en el politeísmo Irlandés no se tiene el mismo punto de vista que en la visión cristiana del más allá. Para empezar, ni existe el pecado ni existe el infierno, el inframundo es un lugar de reposo al que todos iremos alguna vez sin distinción.

Cuando morías podían pasar varias cosas:

1- Que murieras en batalla, en cuyo caso hay quien teoriza que la Morrigan u otra deidad de ese estilo llevaría tu alma al otro mundo directamente con los héroes (al estilo de las valquirias nórdicas).

2- Al igual que en la anterior tu muerte, sería presagiada por la Banshee de tu tribu (un hada relacionada con la muerte, os hablaré de ellas en otra ocasión). Cuando morías, Mannanan mac lyr, el dios del mar y guardián del otro mundo, iba a buscarte en su barca para llevarte al otro lado del Velo que separa a los vivos de los muertos, y te llevaba a través del mar a un lugar que se llama Tech nDuinn /tek and Duinn/ "la casa de Donn"

Allí eras recibido por Donn, el dios de los muertos, junto a aquellos que te conocieron y fallecieron antes que tú, y se te alimentaba con un festín a base de los Cerdos del dios Goibniu (que resucitaban
al día siguiente tras ser comidos) y la Cerveza de la inmortalidad, mientras te recuperabas del sufrimiento de esta vida y te preparabas para continuar el viaje al misterioso más allá.

El viejo dios Tetrha era el encargado de examinar contigo los hechos de tu vida y las lecciones aprendidas o no (esto no debe ser visto como un juicio). Tras esto y una vez limpio, nacías en el "otro lado", un lugar de maravillas y belleza donde nunca se pasaban necesidades ni existía el sufrimiento, dado que era el reino de los dioses. Tras vivir tu vida allí hacías el camino inverso para nacer aquí.

Por esta razón era común reír en los entierros (dado que ibas a un lugar mejor) y llorar en los nacimientos (lo que significaba que habías dejado atrás el otro mundo para venir a este mundo de sufrimiento). Esto en un ciclo de Nacimiento-Muerte-Resurrección que se repetía hasta que considerabas que habías aprendido lo suficiente, en cuyo caso podías elegir entre: volver a encarnarte en el mundo humano para ayudar a otros, quedarte en el otro mundo en la Isla que se te correspondiera o, si así lo querías, dispersarte para formar parte del universo (esto último me lo contó mi amigo DuvDaara de la tribu La Fionn).

3- La tercera opción y la que no deseo a nadie era morir en vergüenza, expulsado, exiliado o de alguna manera similar, privado de los ritos y protecciones adecuadas. Tu destino seria vagar entre mundos eternamente, llenándote de ira y rencor hasta convertirte en un espectro que traería desgracias a la tribu y a los mortales en general, siempre ocultándote y huyendo de la cacería salvaje que dirigida por Cernunnos, que perseguía a aquellos que por cualquier razón no aceptaran su muerte y se negaran a partir de un mundo que ya no era el suyo. Puede que hubiera cosas peores y, si las hay, yo prefiero no pensar en ello, y mucho menos escribirlo.

Bueno, lectores, como esto me está quedando un poco largo lo voy a dejar aquí. Os invito a seguir investigando por vuestra  cuenta sobre este tema, yo me despido aquí.

Hasta nuestro próximo encuentro solo me queda decir... Ambulare, Respice, Memento y que los caminos os sean propicios